FRASES
DE MONTALVO
Sobre
la actualidad
•Oscura
está la tierra, oigo un tropel inmenso a la distancia; miro hacia abajo, y
descubro un abismo imponderable. ¿Qué es? ¿Quiénes se encaminan hacia él?
Vendados los ojos, mal seguro el paso, una desatinada muchedumbre se adelanta.
Tras ella viene a saltos un fantasma gigantesco, y la empuja, y le grita desaforadamente
a los oídos. Son un pueblo esclavo y su tirano: pueblo sin luz que rueda entre
sombra, pueblo sin voz que corre mudo, pueblo sin voluntad que obedece aún para
su destrucción. Si ese pueblo hubiera visto, huyera de la sima; si hubiera
hablado, se entendieran para su defensa; si hubiera querido, se salvara: ni
vio, ni habló, ni quiso; se perdió.
*
El Cosmopolita
• Si
me pregunta cuál es el prurito que vuelve más vicioso y criminal a un
gobernante, yo responderé que el abuso de las leyes. Leyes son los vínculos de
la sociedad humana con los cuales viven los hombres formando un solo cuerpo,
sujetos a unos mismos deberes, agraciados con unos mismos fueros. El que viola
el código de esas reglas en provecho de sus orgullos, sus vanidades o sus iras,
es impío que da un corte en el santo nudo que encierra los misterios de las
naciones, y rompe el símbolo de la felicidad del pueblo.
*
Las Catilinarias
Sobre
las libertades
•La
libertad del pensamiento ha constituido siempre la libertad política; y estas
dos libertades por maravilla no habrán traído consigo la libertad civil, grupo
adorable y seductor como el de las tres Gracias. A medida que el absolutismo
toma pie las tres libertades se separan: cuando descuella con todas sus
fuerzas, cuando oprime con cien brazos, como dice Montesquieu, no deja sombra
de ellas, bórranse, destrúyense, el lienzo queda limpio para recibir la imagen
del tirano.
*
El Cosmopolita
• El que
eche por la senda de la tiranía, impida las sociedades, conculque el derecho de
reunión: los que se resignen a la esclavitud, dejen de reunirse, vivan
aislados, o reúnanse mezquinos para matar el alma y el tiempo en miserables
distracciones. Si juegas mientras te remachan los grillos, ¿con qué derecho te
llamas ciudadano? Los dignos de libertad bregan hasta el último instante por defenderla;
y si a pesar de su ahínco la perdieron, viven para recobrarla algún día, viven
pensativos y angustiados, y solo les anima la esperanza; y si la pierden
también, su alma está triste hasta la muerte.
* El Cosmopolita
Sobre
el abuso del poder
• ¿Es por
ventura este despotismo ilustrado el de la América del Sur? No, visto que la
opinión pública ni el concepto de las naciones no entran para nada en el
entender de los que gobiernan como canes de Tartaria.
*
El Cosmopolita
• El
despotismo es solitario y feroz como el tigre: los esclavos caminan taciturnos,
y unidos solamente por las cadenas. Supongamos una familia donde el padre,
hombre cerril y de broncas afecciones, prohibiese la comunicación entre los
miembros de esa familia; que castigase luego la junta de dos o tres, y que cada
uno permaneciese en su puesto, separados unos de otros, sin poder convenirse en
lo perteneciente a las comodidades de la vida. ¿Sería ese un padre a un
tirano? Pues la nación es una familia, familia vasta y difundida en una gran
porción de territorio: prohibir, perseguir la reunión, la comunicación de esos
miembros, es buenamente anular un derecho, oponerse al cumplimiento de un
deber, ahogar una santa efervescencia de la cual pudieran surgir maravillosos
específicos para los males de la sociedad humana.
*
El Cosmopolita
Sobre
el pueblo
•¿Estáis
satisfechos y contentos, ciudadanos? Una voz colectiva e inmensa dice: ¡No! ¿Estáis
satisfechos y contentos, gobernantes? Una voz apegada y miserable dice por
ahí: ¡Sí! Pero la vibrante y sonora, la que entraña la verdad y opera el
convencimiento, dice: ¡No! Y esa viene de Dios, amigos míos, porque cuando
habla la conciencia, Dios habla; y cuando se calla Dios, se calla la
conciencia. Dios está queriendo callarse para vosotros.
*
El Cosmopolita
• El
hombre sin prudencia está a punto de perderse a cada instante; el pueblo sin
prudencia está de continuo desplomado hacia un abismo, si es que ya no gime
adentro bregando con los monstruos de la oscuridad.
*
El Cosmopolita